lunes, 26 de septiembre de 2011

LA VISITA OPORTUNA AL UROLOGO


Urologo
Si la visita al médico es para muchos hombres un asunto embarazoso, acudir al urólogo es algo considerado como una aventura para los más valientes, pues por tratarse del área genital, no cualquiera está dispuesto a la inspección de un especialista. Si ese miedo se guardara por un momento, muchos problemas de salud se atenderían a tiempo y con oportunidad de ser curados.
El Urólogo, es el especialista que trata los padecimientos de los hombres con mucha distancia, quienes por su condición machista, inconscientemente dejan pasar tiempo valioso antes de recibir atención del médico y resolver problemas que pueden tener consecuencias graves.
Por fortuna, hoy en día la juventud tiene más conciencia de atenderse oportunamente y acude a recibir ayuda cuando es más fácil emprender acciones que puedan controlar o erradicar problemas tales como cáncer, infecciones en las vías urinarias, problemas de pareja por disfunción eréctil, cálculos en las vías urinarias, enfermedades infectocontagiosas, incontinencia urinaria, entre otras.
En la actualidad, los padecimientos de disfunción eréctil, tumores de testículos y las infecciones en las vías urinarias son destacados en la población joven entre los 20 y 30 años de edad, a diferencia de otros tiempos, en que el mal era detectado cuando había muy poco que hacer para remediarlo. Es por ello que es fundamental saber cuáles son los procedimientos más recurrentes que atiende el urólogo, primer paso para hacer conciencia y acudir a una revisión que puede evitar muchos sinsabores.

PRÓSTATA.

Estadísticas al respecto señalan que el cáncer de próstata es el segundo en frecuencia entre hombres mayores de 40 años. Cerca de edad pueden presentarse problemas al momento de orinar (dificultad y dolor para hacerlo), sensación de que se ha concluido y el deseo impetuoso de ir al baño nuevamente después de unos minutos, así como la falta de control de los esfínteres para contener dichos requerimientos.
Es recomendable que los hombres se practiquen examen de próstata a partir de los 40 años, y a partir de edad anualmente, pues cuando se establece un diagnóstico oportuno, el tratamiento para alguna infección es efectivo hasta en el 90% de los casos. La revisión que realiza el urólogo se basa en examen rectal, en el que se palpa el tamaño de la próstata introduciendo un dedo por el ano, con el que se puede verificar si existen estructuras anormales o inflamación.
INFECCIONES URINARIAS.
Síntomas como urgencia para orinar y hacerlo con frecuencia, así como dolor y ardor al hacerlo, son frecuentes en quienes sufren infecciones en las vías urinarias. Su origen se ubica en las bacterias que llegan al sistema, siendo la más frecuente la Escherichia Coli, habitante normal del intestino.
El problema aumenta cuando la bacteria se dirige a través de dichas vías a los riñones, que también se pueden infectar. Así que, además de los síntomas mencionados, se deben tomar en cuenta el color de la orina, que puede tener un tinte turbio por la presencia de pues o ser más oscura por la presencia de sangre.
Otros factores que influyen para que haya una infección, son los cálculos renales, la retención de orina, las anormalidades anatómicas del tracto urinario, así como enfermedades de transmisión sexual (gonorrea, sífilis y otras). El diagnóstico se realiza mediante historia clínica completa y examen de orina.
DEL ÓRGANO REPRODUCTOR.
Los padecimientos que aluden al pene son también responsabilidad del urólogo, siendo los más importantes:
La Disfunción Eréctil: llamada antiguamente impotencia, este padecimiento se caracteriza por la incapacidad recurrente para tener una erección lo suficientemente rígida que permita establecer una relación sexual plena (es común que no se pueda realizar la penetración. Este funcionamiento anormal del órgano viril puede tener origen anatómico.
Es frecuente que se asocie a enfermedades como diabetes e hipertensión arterial, problemas de circulación y del corazón, así como anomalías congénitas en los vasos sanguíneos del pene, o como respuesta al aumento de los niveles de colesterol (principalmente en personas obesas).
Cuando las enfermedades son descartadas, se remite al paciente a tratamiento psicológico, pues el padecimiento puede deberse a trastornos neurológicos, consumo excesivo de tabaco, alcohol o drogas.
En un porcentaje alto de casos, el urólogo prescribe testosterona, (hormona responsable de la producción de espermatozoides, rasgos viriles y potencia eréctil), debido a la baja presencia de esta en el organismo del paciente, así como medicamentos que promueven la sangre que se dirige hacia el pene para que se mantenga en esta zona, el tiempo suficiente para culminar el acto sexual.
La Eyaculación Precoz: Ocho de cada diez hombres en todo el mundo sufren de este problemas, que se entiende como la falta de control del hombre sobre su estado de excitación sexual, que acelera involuntariamente el momento de la cumbre, es decir, la eyaculación.
Las causas principales de esta anomalía se asocian con nerviosismo o ansiedad, presentes desde los primeros momentos en que el hombre manifiesta su sexualidad. No obstante, los especialistas han localizado causas físicas u orgánicas, siendo la más importante la que se ubica en el mismo pene, pues la cabeza o glande se torna excesivamente sensible al contacto por causa de la excitación sexual.
En la gran mayoría de casos, la terapia psicológica y el aprendizaje de técnicas de control resuelven el problema del paciente.
La Infertilidad: Cuando el origen de la imposibilidad de procrear se encuentra en los órganos sexuales masculinos y femeninos, es función de urólogo encontrar la causa.
Si hablamos de los hombres, puede decirse que entre el 70 y 90% de los casos tienen que ver con reducida capacidad de producción de espermatozoides, lo que puede originarse por alguna anomalía en los testículos debido a la presencia de pequeñas várices (afección conocida como varicocele). Este problema se localiza casi siempre en el testículo izquierdo, y puede remediarse mediante cirugía correctiva que logra recuperar la fertilidad en un 80% de los casos.
Otra causa, es que uno de los testículos (o ambos) no hayan crecido de manera normal, o cuando uno de ellos no se deposita en el escroto (bolsa de piel que los acoge), padecimiento reconocido como criptorquidia. Si esta alteración no se corrige por sí sola antes de 3 años de vida, requerirá una sencilla cirugía.
Cáncer: Después del cáncer de próstata, el que más afecta a los hombres es que se relaciona con los testículos. La forma natural de éstos es ovoidal y son lisos al tacto, de manera que si usted observa alteraciones como crecimiento anormal o aumento de peso en uno de ellos, así como la presencia de pequeñas protuberancias del tamaño de una semilla de consistencia dura, acuda cuanto antes al urólogo.
Por lo regular, el cáncer afecta a sólo uno de los testículos y es altamente curables (cuando se diagnostica a tiempo) mediante cirugía, radioterapia o quimioterapia. Sin embargo, cuando este mal a cobrado cierto avance, se manifiesta mediante la acumulación de líquidos anormales o de sangre en la bolsa de piel que cubre los testículos. Es importante saber que en ninguno de los casos mencionados se presenta dolor, por que el cáncer puede ser detectado tardíamente

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