viernes, 16 de septiembre de 2011

PREGUNTAS QUE NO SE DEBEN HACER


Me lo contó con la voz quebrada y juraría, aunque había poca luz y no se veía bien, que se le asomaban las lágrímas a los ojos. Me dijo, casi susurrando para que no le oyeran los niños que jugaban en el salón, que se había puesto a revisar los cuadernos que habían traido los niños del colegio ahora a final de curso. Y el niño, en un ejercicio de español donde le preguntaban a quién quería más había respondido con las letras grandotas y desiguales de los seis años, que "a papá". Y la niña, a la que habían pedido que dibujara a quién quería más (y digo yo que estas preguntas deberían estar prohibidas), pues había dibujado también a su papá, con barba y bici. "Por lo menos uno de los dos podía haber dicho a su mamá", me repetía sin entender nada esta madre maravillosa, que dejó su trabajo para dedicar sus días y sus noches a sus tres hijos. "Pero no, sólo quieren a su padre", me seguía contando a mí pero en realidad hablando sólo para ella. Y no supe qué decirle. Creo que no le dije nada. Pero entendí su rabia.

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