jueves, 29 de septiembre de 2011

PRACTICAR LA LECTURA EN VOS ALTA




Recomendaciones:

  • El aprendizaje de la lectura en voz alta requiere mediación. Los niños/as deben escuchar cómo leen sus maestros/as, no importa el área que impartan: leer es un acto que atañe a todos. 
  • Es conveniente establecer un momento diario de lectura: el mejor es recién llegados al colegio, después de saludarles y de que cuelguen sus abrigos. Debe establecerse como rutina escolar.
  • El maestro/a deberá leer antes el texto que los alumnos/as leerán después. El profesor/a habrá buscado y preparado el texto previamente, buscando calidad literaria, una temática atractiva y adecuada a la edad lectora de los niños y no buscará adoctrinar ni moralizar a través de la lectura, ni utilizarla para dar lecciones de nada. Se trata de leer, de disfrutar oyendo leer y leyendo. De toda lectura se aprende, sin que haya necesidad de tener una actitud didáctica con los niños/as.
  • Los niños oirán la lectura del maestro/a sin tener el texto delante. Así, los que leen más deprisa no se aburren, y los que leen despacio, no se quedan atrás. Además, es conveniente que construyan mentalmente el significado del texto, que vean lo que están oyendo, que disfruten.
  • Se buscará expresividad sin forzar los recursos expresivos. Buena entonación, pausas realizadas correctamente, utilización de la voz, mantenimiento del ritmo, todo de forma natural y agradable.
  • No se interrumpirá la lectura para explicar el significado de una palabra, se puede entender por el contexto. Si no se ha explicado antes de comenzar a leer, se hará al finalizar. Tampoco se interrumpirá la lectura de los niños para corregirles algún error, esto desconcentra y frustra. Todos nos equivocamos leyendo.
  • Diez minutos de lectura modélica diaria del maestro/a es suficiente.
  • Se recomienda que el 70% de las lecturas sean literarias y el 30% de otros tipos de textos ( informativos, periodísticos, humorísticos, formularios, cartas...)
  • Desvincular la lectura de los deberes escolares, de las tareas diarias. Buscar intimidad, magia, relajación, goce...Así se consiguen más objetivos y más logros.
  • No sobreexplotar los textos. Si utilizamos alguna estrategia de comprensión lectora posterior, no utilizar el mismo texto para otras estrategias. Eso es tedioso y denota economía en el trabajo del profesor. Es preferible tres sesiones semanales amenas y bien preparadas, que querer trabajar el mismo texto toda la semana con distintas estrategias.
  • Procuraremos leer con libros, en vez de hacerlo con fotocopias, (aunque algunas veces lo hagamos, si no tenemos el texto que nos interesa en un libro.)
  • Leer con libertad, sin vincular la lectura a cualquier tipo de contenido, sea didáctico, moral...o procurando inculcar otros aprendizajes. No tener la tentación de mostrar nuestra faceta didáctica que suele impregnar todo lo que tocamos. A veces podemos ser aburridos y coartamos la libertad de expresión y comprensión de los niños, pues intentamos dar nuestro punto de vista como el único válido, y escuchamos poco las opiniones de nuestros alumnos/as. No olvidemos que en la construcción del sentido que implica la lectura, cada cual lleva su propio bagage, sus experiencias, y que cada texto es interpretado y sentido de diferente manera por distintas personas que lo oigan o lo lean.
  • Dar ejemplo como lectores: hablar de nuestras lecturas, llevar encima libros, que se viva un ambiente lector en la escuela.
  • Leer de verdad. Leer mucho y variado. Conocer la literatura infantil. No nos encerremos en los autores consagrados de la Literatura Universal: la mayoría de ellos no escribieron para niños, aunque en muchas ocasiones sea literatura que lean los niños. 
  • Cita de Mempo Giardinelli, de su libro Volver a leer : "Si el docente no está preparado para la lectura, no sabrá transmitir eficazmente ninguna estrategia, por buena que sea, porque él mismo no sabe disfrutar de la lectura y entonces jamás transmitirá el placer de leer a sus alumnos."

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