Mamá quiero un perro, es una de las primeras peticiones que a algunas mamás les pone los pelos de punta y a otras las llena de ilusión. Por: Dra. Julia Borbolla
La convivencia de los niños con los animales ha sido siempre benéfica, sobre todo si este animal resulta estar bajo su cuidado. Los niños que se hacen cargo de un animal desarrollan su sentido de responsabilidad y a la vez desarrollan un carácter más abierto y receptivo.Pero es importante que tomemos en cuenta varios aspectos antes de decidir la entrada de un animal a casa.
Las mascotas implican trabajo y paciencia: Dos elementos que mamá debe tener primero para luego transmitirla a los niños. Los animalitos necesitan recibir para después dar. Hay que estar atentos para que nuestros niños no desfoguen sus anhelos de poder sobre sus mascotas y se tornen crueles al entrenarlos.
Las mamás, antes que nada debemos informarnos del espacio que  requerirá la mascota elegida, la alimentación, los cuidados y el  comportamiento o instinto. Pensar en los riesgos y en las rutinas  familiares para coordinarlas con el cuidado que requerirá.
Antes de los 3 años no podemos esperar que un pequeño se haga cargo  de alguien más. A partir de los 3 años podrá ayudar con una mascota  pequeña como un hamster o una tortuga. Para pensar en un perro es  conveniente esperar a los 6 o 7 años, pues es cuando realmente podrán  comprender los cuidados que requiere y el manejo que deberá dársele.
El primer requisito para darle a un niño una mascota es que se haga  responsable de ella, de otra manera la experiencia no solo es estéril  sino que puede tornarse en negativa. Para que quede bien claro te  sugiero que se haga un "contrato" por escrito en donde se detalle qué le  toca a cada quien.
 Cada niño, de acuerdo a su edad, debe hacerse cargo de la  alimentación y limpieza del animal y si es mayorcito deberá también  estar al tanto de las vacunas. Si mamá acaba siendo la nana de la  mascota las cosas no resultarán bien
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