domingo, 19 de diciembre de 2010

LOS NIÑOS Y LA COMUNICACIÓN

Los peques deben aprender a guardar secretos
Durante los primeros meses y años de vida de un niño, los padres no tienen ningún inconveniente en mantener una conversación de ámbito privado en presencia del más pequeño de la casa puesto que en ese momento no es del todo consciente. Sin embargo, cuando el niño empieza a hablar, y sobre todo, cuando el niño empieza a crecer y acude al colegio los adultos deben de tener un cuidado especial de no contar nada importante que sea confidencial delante del niño puesto que éste no es consciente de lo que se debe o no se debe decir.
Por tanto, se trata de un acto de prudencia que implica la responsabilidad por parte del adulto de saber qué conversación se puede o no se puede tener delante del niño. Los niños aprenden a guardar un secreto conforme van creciendo. De hecho, en muchas ocasiones aprenden de la experiencia y de sus propios errores, es decir, los niños pueden aprender a guardar un secreto cuando se dan cuenta de las consecuencias que puede suponer traicionar la confianza de otra persona.

Sin duda, guardar un secreto implica también descubrir las claves que tiene la amistad verdadera. Los niños necesitan tener confidentes de sus aventuras y sus travesuras. En general, tienen un gran amigo con quien pasan la mayor parte de su tiempo. Los niños establecen sus relaciones de amistad a través de la afinidad.
Saber guardar un secreto es todo un reto para un niño puesto que en ocasiones también lo es para un adulto. Pero aprender a distinguir entre aquello que es público o privado implica tomar conciencia de las normas de la sociabilidad íntima, personal e intransferible.

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