Los síntomas del autismo infantil son claros: el niño autista tiene una mirada que no mira pero que traspasa. De bebé suele presentar un balbuceo monótono y tardío del sonido, falta de contacto con su entorno y ausencia de lenguaje gestual. En la etapa preescolar, el niño autista se muestra extraño y no habla. Además, le cuesta asumir el yo e identificar a los demás, no muestra contacto y puede presentar conductas agresivas incluso a sí mismo.
Esta descripción puede verse acompañada de otros síntomas que pueden indicar la presencia de autismo:
- Al niño autista le cuesta reconocer la existencia y los sentimientos de los demás.
- El niño autista no busca consuelo en momentos de aflicción.
- El niño autista es incapaz de imitar o establecer actividades imaginativas, como jugar a ser adulto.
- El niño autista rechaza el juego social.
- El niño autista carece de vías de comunicación adecuadas.
- El niño autista presenta una marcada anormalidad en la comunicación no verbal, anomalías en la emisión del lenguaje con afectación y en la forma y contenido del lenguaje.
- El niño autista realiza movimientos corporales estereotipados.
- El niño autista muestra una preocupación persistente por parte de objetos.
- El niño autista presenta una intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno.
- El niño autista insiste irrazonablemente en seguir rutinas con todos sus detalles.
- El niño autista tiene una limitación marcada de intereses, concentrándolos en un interés particular
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