Hay muchas causas de parto prematuro. A veces está provocado por el estilo de vida que ha llevado la madre durante eEMBARAZO: fumar, beber alcohol, consumir drogas, alimentarse mal, no ganar suficiente peso, exponerse al estrés físico y no procurarse suficientes cuidados prenatales son posibles causas de un parto prematuro.
Sin embargo, muchas veces la causa no está bajo el control de la madre. La madre puede tener un desequilibrio hormonal, una anomalía estructural en elUTERO, una enfermedad crónica o una infección, entre los diversos factores que pueden provocar un parto prematuro. Asimismo, el parto prematuro es más probable cuando una mujer tiene más de 35 años o menos de 19 o si espera más de un bebé. Y a veces simplemente se desconoce la causa del parto prematuro.
Los bebés prematuros tienen muchas necesidades especiales que determinan que deban recibir unos cuidados médicos distintos de los que requieren los bebés a término, motivo por el cual suelen pasar la primera etapa de su vida extrauterina en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). La UCIN está diseñada para proporcionar a los bebés prematuros una atmósfera que limite el estrés y satisfaga sus necesidades básicas de calor, nutrición y protección para asegurar un crecimiento y desarrollo adecuados.
Gracias a los muchos avances recientes, más del 90% de los bebés prematuros que pesan 800 g o más sobreviven. Los que pesan más de 500 g tienen entre el 40% y el 50% de probabilidades de sobrevivir, aunque las probabilidades de que sufran complicaciones son mayores.
¿Cómo ayudarlos?
Calor
Los bebés prematuros carecen de la grasa corporal necesaria para mantener la temperatura corporal, incluso aunque estén bien abrigados con mantas. Por este motivo, se utilizan incubadoras o calentadores radiantes para mantenerlos calientes. Las incubadoras están fabricadas con plástico transparente y rodean completamente al bebé para mantenerlo caliente, reducir las probabilidades de infección y limitar la pérdida de agua. Los calentadores radiantes son camas abiertas que se calientan eléctricamente. Se utilizan cuando el personal médico necesita acceder frecuentemente al bebé para procurarle los cuidados que necesita.
Nutrición y crecimiento
Los bebés prematuros tienen necesidades nutricionales especiales porque crecen más deprisa que los bebés a término y sus sistemas digestivos son inmaduros. Son atendidos por neonatólogos, pediatras especializados en el cuidado de los recién nacidos. Los bebés a término suelen pesar más de 2.500 g, mientras que los prematuros pesan entre 500 y 2,500 g.
La leche materna tiene ventajas sobre la leche artificial porque contiene proteínas que ayudan a luchar contra las infecciones y favorece el crecimiento. A veces la leche materna –o la leche artificial si la madre no desea o no puede dar el pecho al bebé- se enriquece con suplementos especiales porque los bebés prematuros tienen mayores necesidades de vitaminas que los bebés a término. Algunos bebés prematuros reciben suplementos vitamínicos adicionales. Los niveles de los componentes químicos y los minerales de la sangre de estos bebés, como la glucosa (azúcar), la sal, el potasio, el calcio, el fosfato y el magnesio, se controlan regularmente, adecuando sus dietas para mantener estas sustancias dentro de los márgenes de la normalidad.
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