viernes, 23 de octubre de 2009

EMBARAZADA DESPUES DE LOS 35

La mayorí­a de las mujeres de más de 35 años tiene embarazos y bebés saludables. Sin embargo, los estudios más recientes sugieren que las mujeres que posponen su maternidad están expuestas a algunos riesgos especiales. Desde fines de los años 70, ha subido significativamente la tasa de bebés nacidos de mujeres de entre 35 y 50 años. Según el National Center for Health Statistics, entre 1978 y 1997, la tasa de nacimientos subió un 90 por ciento para las mujeres de entre 35 y 39 años. Entre 1981 y 1997, la tasa subió un 87 por ciento para las mujeres de entre 40 y 50 años. Los avances de la medicina han ayudado a las mujeres de entre 35 y 50 años a tener embarazos con menos riesgos que en el pasado. A pesar de esto, es necesario que las mujeres conozcan los riesgos relacionados con los embarazos a esta edad para estar informadas al decidir cuál es el mejor momento para comenzar a formar una familia.

¿Cómo afecta la edad a la fertilidad?

Por lo general, las mujeres comienzan a experimentar una disminución en su fertilidad a partir de los 30 años. No es raro que a una mujer de 35 años o más le lleve más tiempo concebir que a una mujer joven. La disminución de la fertilidad que se produce con la edad puede atribuirse, en parte, a una menor frecuencia de la ovulación o a problemas tales como la endometriosis, que ocasiona que tejidos similares a los que recubren el útero se adhieran a los ovarios o las trompas de Falopio e interfieran con la concepción. Si después de intentar concebir durante seis meses, una mujer no ha quedado embarazada, debe consultar a su médico. Muchos casos de infertilidad pueden ser tratados con éxito. Si bien las mujeres de más de 35 años pueden tener más dificultades en concebir, también tienen una mayor posibilidad de tener mellizos. Esta probabilidad alcanza su máximo nivel entre los 35 y los 39 años de edad; luego vuelve a declinar.

¿Cómo pueden afectar el embarazo los problemas de salud preexistentes?

Antes de intentar concebir, y sin importar su edad, toda mujer debe consultar a su doctor. Una visita al médico antes de concebir ayuda a asegurar que la mujer se encuentra en el mejor estado posible para hacerlo. Esta consulta es la oportunidad ideal para conversar con el médico sobre sus preocupaciones y las de su pareja en cuanto al embarazo. La visita al médico antes de concebir es especialmente importante cuando una mujer tiene un problema de salud crónico, como diabetes o alta presión arterial.

Estas condiciones, que son mucho más comunes entre las mujeres de entre 35 y 50 años de edad, pueden poner en peligro la salud de la mujer embarazada o la de su bebé. Pero la supervisión cuidadosa del médico desde antes de concebir y durante el transcurso de todo el embarazo puede reducir los riesgos relacionados con estas condiciones y, en la mayorí­a de los casos, resultar en un embarazo saludable.

La alta presión arterial y la diabetes también pueden ocurrir por primera vez durante el embarazo, especialmente en mujeres de más de 35 años de edad. Un estudio de la escuela de medicina Mount Sinai de la ciudad de Nueva York en 1990 demostró que es dos veces más probable que una mujer de más de 35 años de edad desarrolle alta presión arterial y diabetes que una mujer de entre 20 y 30 años. Un estudio realizado por la misma institución en 1996 determinó que las mujeres de 40 años de edad o más tení­an tres veces más probabilidades de contraer diabetes y casi el doble de probabilidades de desarrollar alta presión arterial durante el embarazo que las mujeres de entre 20 y 30 años. De la misma manera, un estudio realizado en 1999 en la Universidad de California en Davis, descubrió que las madres primerizas de más de 40 años tení­an un 60 por ciento más de probabilidades de desarrollar alta presión arterial y cuatro veces más probabilidades de contraer diabetes durante el embarazo que las madres de entre 20 y 30 años.

Por esta razón es sumamente importante que las madres de mayor edad obtengan cuidados prenatales desde temprano y en forma regular. Por lo general, estos trastornos no presentan grandes riesgos a la madre o al bebé cuando se los diagnostica en forma temprana y se practica el tratamiento adecuado.

¿Cuál es el riesgo de que un bebé nacido de una madre de más de 35 años tenga defectos de nacimiento?

El riesgo de dar a luz un niño con ciertos trastornos cromosómicos incrementa con la edad de la mujer. El trastorno más común es el sí­ndrome de Down, una combinación de retraso mental y anomalí­as fí­sicas causada por la presencia de un cromosoma 21 adicional (los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas).

A los 25 años, una mujer tiene una probabilidad entre 1.250 de tener un bebé con sí­ndrome de Down; a los 30 años, una entre 952; a los 35, una entre 378; a los 40, una entre 106 y a los 45 una entre 30. La mayorí­a de los doctores ofrece a las mujeres embarazadas de 35 años o más la opción de realizarse una prueba prenatal (amniocentesis o la muestra del villus coriónico) para determinar si el feto tiene el sí­ndrome de Down o alguna otra anomalí­a cromosómica. Alrededor del 95 por ciento de las mujeres que se someten a esta prueba prenatal reciben la buena noticia de que su bebé no tiene ninguno de estos trastornos. Si la prueba prenatal no determina que existen estos defectos y la madre se encuentra sana, el bebé tiene el mismo riesgo de tener defectos de nacimiento que si la madre tuviera entre 20 y 30 años de edad.

¿Cuál es el riesgo de un aborto espontáneo a medida que la mujer envejece?

La mayorí­a de los abortos espontáneos ocurren durante el primer trimestre de embarazo en las mujeres de cualquier edad. La tasa de estos abortos en mujeres mayores es considerablemente mayor que entre mujeres más jóvenes. Los estudios calculan que en las mujeres de entre 20 y 30 años de edad, el riesgo de aborto espontáneo es de entre 12 y 15 por ciento; esta cifra aumenta al 25 por ciento a los 40 años de edad. Al tener una mayor edad, la mayor incidencia de anomalí­as cromosómicas contribuye al riesgo de aborto espontáneo.

¿El riesgo de complicaciones y resultados negativos del embarazo aumenta después de los 35 años?

Si bien es muy probable que las mujeres de entre 35 y 50 años tengan un bebé sano, deben enfrentar más complicaciones durante el embarazo.

Además del mayor riesgo de diabetes y alta presión arterial, las mujeres de más de 35 años tienen un riesgo mayor de problemas en la placenta. El problema más frecuente es la placenta previa, por el cual la placenta cubre parte o la totalidad de la abertura del cuello del útero. El estudio de la Universidad de California en Davis descubrió que las madres primerizas de más de 40 años tení­an hasta 8 veces más probabilidades que las mujeres de entre 20 y 30 años de sufrir esta complicación.

Ambos problemas pueden causar graves hemorragias durante el parto que pueden poner en peligro la salud de la madre y del bebé, pero a menudo es posible evitar estas complicaciones mediante una intervención cesárea. Algunos estudios sugieren que las mujeres que esperan hasta la edad de 35 o más para tener su primer bebé tienen más probabilidades de tener un bebé de peso bajo al nacer (menos de 5 libras y media [2,5 kg]) o prematuro (nacido a una edad de gestación de menos de 37 semanas). Estos riesgos aumentan en forma leve pero gradual con la edad de la mujer, aunque ésta no tenga problemas de salud crónicos relacionados con la edad como diabetes y alta presión arterial.

Si bien un estudio realizado en 1997 en Canadá descubrió que las mujeres de más de 35 años tení­an muchas más pro-babilidades de dar a luz un bebé sin vida que las mujeres de entre 20 y 30 años, esto no ocurrió en ninguno de los dos estudios de Mount Sinai, ni siquiera en mujeres de más de 40 años. La mayorí­a de las muertes del feto en el estudio canadiense se debió a causas no explicadas. Los bebés neonatos de madres de entre 40 y 50 años pueden sufrir más complicaciones (como asfixia y hemorragias cerebrales) que los de madres más jóvenes, según el estudio de la Universidad de California en Davis. No obstante, a pesar del mayor riesgo de complicaciones, no se produjeron más muertes entre los bebés de madres mayores, y la amplia mayorí­a de ellos se recuperó con éxito.

Las mujeres embarazadas que tienen 35 años o más deben enfrentar riesgos especiales, pero muchos de ellos pueden controlarse eficazmente con un buen cuidado prenatal. Es importante además tener en cuenta que el mayor riesgo, incluso para las mujeres mayores, es reducido.

¿Las mujeres de más de 35 años experimentan más problemas durante el parto y el alumbramiento?

Las madres primerizas de más de 35 años tienen más probabilidades que aquellas de entre 20 y 30 años de tener dificultades durante el parto. Los estudios sugieren que el sufrimiento fetal y una segunda etapa prolongada de dolores de parto son más comunes en las madres mayores. Esto puede justificar, en parte, la mayor tasa de nacimientos por cesárea entre mujeres de más de 35 años. Las madres primerizas de más de 40 años tienen el riesgo más alto de nacimiento por cesárea, el 47 por ciento, según el estudio de la Universidad de California. De la misma manera, otros estudios han informado que las madres primerizas de más de 35 años tienen un riesgo del 40 por ciento de cesárea, comparado con un riesgo de aproximadamente el 14 por ciento en las madres primerizas de entre 20 y 30 años.

¿Cómo puede reducir sus riesgos una mujer embarazada?

En la actualidad, las mujeres de entre 35 y 50 años que han postergado su maternidad se encuentran generalmente en excelente estado de salud, por lo que pueden esperar tener embarazos saludables. De todos modos, además de las consideraciones especiales que deben tenerse en cuenta al quedar embarazada después de los 35 años, es importante recordar los riesgos que tener un bebé supone para cualquier mujer. Es particularmente importante para las mujeres de más de 35 años seguir las reglas básicas para un embarazo saludable.

Tomar una multivitamina con 400 microgramos del ácido fólico del complejo de vitaminas B diariamente antes y durante la primera etapa del embarazo para ayudar a prevenir ciertos defectos de nacimiento del cerebro y médula espinal. (Esto atañe a todas las mujeres en edad de tener hijos.)

Comer una dieta saludable, incluidos alimentos ricos en ácido fólico como cereales fortificados para el desayuno, jugo de naranja y verduras de hoja verde, y lograr el peso adecuado para la altura antes de la concepción.

Someterse a un chequeo médico antes del embarazo y recibir cuidados prena-tales durante el embarazo desde tem-prano y de manera regular.

No consumir bebidas alcohólicas como licores, cerveza, vino o mezclas de vino con frutas (”wine coolers”) durante el embarazo.

No fumar durante el embarazo.

No utilizar drogas, incluso medica-mentos que se venden libremente, a menos que así­ lo recomiende un médico que sepa que está embarazada.

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