jueves, 19 de mayo de 2011

EL BEBE Y LOS SENTIDOS

Los cinco sentidos corporales están desarrollados en el pequeño ya antes de su nacimiento, hoy es certero pensar que el feto puede oír, tocar, gustar, ver y oler. En todo lo relacionado con la dotación sensorial, es mucho más precoz de lo que antiguamente se suponía.
El comportamiento con la vista es muy distinto en cada bebe. Algunos lo pueden ejercitar desde el primer instante, mientras que otros pueden dar la leve impresión de no disponer de él. Podrán percibir formas animadas a una distancia no muy lejana y son muy sensibles a la intensidad de la luz. Cada pequeño mantiene en el transcurso de toda su infancia sus propios ritmos de desarrollos. Esta peculiaridad se manifiesta en los diferentes aprendizajes que ha de llevar a cabo el ser humano.
El oído al nacer está generalmente más desarrollado que el sentido de la vista. Poco tiempo antes del nacimiento ya habrá comprendido a identificar la voz humana. También podrá reconocer sin inconvenientes a su mamá por el olor. Esto se comprueba nítidamente cuando el bebé se siente mal o llora, se tranquilizará más rápido si la persona que lo alza en brazos es su mamá.
Desde el instante mismo del nacimiento, el pequeño será capaz de distinguir los sabores agradables de los desagradables. Esta característica ya era sabida en épocas anteriores y muy utilizada. Será muy distinta la reacción si mojamos sus labios con agua azucarada que si lo hacemos con gotas de limón. El tacto es muy sensible al contacto,  a las manipulaciones y a la presión. Mediante el contacto con el agua templada de un buen baño, o al recibir caricias o masajes muy suaves, el pequeño experimentará sensaciones placenteras, que le servirán de estímulo y al mismo tiempo logrará un aumento considerable en su seguridad personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario