viernes, 8 de julio de 2011

GANGLIOS INFLAMADOS



Todos los niños pueden tener los ganglios linfáticos hinchados. Algunas veces, incluso, a consecuencia de un simple rasguño. Veamos por qué.
Una de las cosas que más preocupa a los padres es el hecho de que su hijo tenga los ganglios inflamados. Cuando esto ocurre, cosa muy frecuente, se sufre de un verdadero pánico y se piensa en diferentes enfermedades. Sin embargo, este fenómeno, que afecta a todos los niños, no suele ser algo grave, ya que el aumento del volumen de los ganglios linfáticos solamente es un mecanismo natural que utiliza el organismo para defenderse contra las agresiones de las infecciones.

Pequeños guardianes
• Los ganglios linfáticos son órganos del sistema inmunitario. Constituyen un gran número de glándulas conectadas entre sí mediante una espesa red de vasos, que corre paralela a las venas y que toma el nombre de sistema linfático. Se encuentran distribuidos por grupos en diferentes zonas del cuerpo y son unas auténticas barreras defensoras.
• Cuando una zona del organismo se infecta debido a la presencia de virus o bacterias, los grupos de ganglios linfáticos más cercanos empiezan con su trabajo. Su objetivo es aniquilar las sustancias extrañas que han penetrado en el interior de la circulación linfática, por lo que producen grandes cantidades de células (linfocitos), capaces de neutralizar al “enemigo”. Por esta razón, los ganglios linfáticos se inflaman, se observan a simple vista y se sienten, a veces durante varias semanas y, en ocasiones, durante meses.
Más activos en los pequeños
• El engrosamiento de los ganglios linfáticos es más notorio en los niños que en los adultos. La causa es que el sistema inmunitario de los pequeños, al no haber alcanzado su plena madurez, todavía no ha desarrollado las defensas adecuadas para los diferentes tipos de agentes patógenos presentes en el ambiente con el que puede entrar en contacto (por ejemplo, los virus del resfriado).
• Por lo tanto, para poder ayudar al cuerpo del pequeño a defenderse contra todos los microorganismos peligrosos, durante los primeros años de vida el sistema inmunitario debe trabajar al máximo. Por esta razón, los ganglios de los niños tienden a inflamarse con frecuencia, incluso por causas de mínima importancia. De esta manera, con el paso del tiempo, el organismo del pequeño adquiere más anticuerpos y tiene más posibilidades de vencer la mayor parte de enfermedades infecciosas comunes.
Se inflaman por un rasguño
• Los ganglios linfáticos se encuentran agrupados en distintas partes del cuerpo, pero su presencia no siempre se puede percibir a simple vista o a través del tacto, pues algunos se encuentran en el interior del tórax o del abdomen. Otros se pueden palpar porque se encuentran en el tejido subcutáneo, especialmente en el cuello, las axilas, la ingle y la base de la nuca.
• Este último grupo de ganglios, que son más evidentes que los otros, suele constituir una fuente de preocupación para los padres, que tienden a interpretar su aumento de volumen como síntoma de una enfermedad grave.
l Los padres no deben alarmarse; si por un lado los ganglios inflamados pueden señalar una otitis, una faringitis u otras enfermedades de las vías respiratorias, frecuentes durante la infancia, también pueden responder a causas mucho menos importantes: una infección de las encías puede provocar una hinchazón bajo de la mandíbula, y un rasguño en la rodilla determinar un engrosamiento de los ganglios de la ingle.
INVESTIGACIONES RECIENTESMás evidentes en los niños delgados
Durante mucho tiempo se creyó que el engrosamiento de los ganglios linfáticos era una enfermedad , típica de constituciones débiles y delgadas. Por esta razón, se sometía a todos los niños de aspecto frágil a tratamientos “vitaminicos fuertes”, con el fin de tratar su predisposición a un “problema” que, en realidad, no existía. Investigaciones recientes han demostrado que el sistema linfático actúa con la misma eficacia e intensidad en todos
los organismos, independientemente del tipo de constitución que tenga cada individuo. La única diferencia es que en las personas más delgadas, cuyas capas de grasa lo son también, los ganglios linfáticos son más evidentes que en aquéllas con una constitución más gruesa.
He aquí dónde aparecen
Un ganglio inflamado puede indicar un determinado trastorno según el lugar en el que aparezca. Veamos los diversos casos. 1 En la nuca El aumento de volumen se debe casi siempre a infecciones del cuero cabelludo, golpes en la cabeza y a la rubéola, cada vez más rara gracias a la vacuna. 2 Debajo de las orejas Puede indicar una infección de los oídos (otitis) o de las amígdalas (amigdalitis aguda), que aparecen voluminosas y recubiertas por placas de pus. A veces, es difícil diferenciar una inflamación de los ganglios linfáticos situados debajo de las orejas de la parotiditis (“paperas”), una enfermedad que provoca una infección de una glándula salival (parótida). 3 Debajo de la mandíbula Lo más probable es que la responsable de la inflamación sea una caries dental o una estomatitis, es decir, una infección en la boca. Ésta se puede detectar gracias a la aparición de pequeñas ampollas de color blanquecino, que recubren las encías y la lengua y que, al romperse, provocan pequeñas llagas (aftas) que, en algunas ocasiones, pueden ser muy dolorosas. 4 Debajo de las axilas Los ganglios linfáticos se pueden hinchar a consecuencia de una herida, incluso leve, producida en el brazo, la mano o bien el pecho.  5 En la ingle La hinchazón que se produce en esta zona suele indicar una inflamación de los genitales o bien una infección a causa de una herida en la pierna o en el pie
En RESUMEN
No es hernia si…
Un bulto chiquito en la ingle de un niño pequeño nos puede hacer pensar de inmediato en una hernia, pero, con frecuencia, sólo se debe a una simple inflamación de los genitales. Ésta provoca un aumento del volumen de los ganglios linfáticos encargados de defender esa parte del cuerpo. Pero muchas veces no es fácil determinar cuál es el problema. Veamos las diferencias:
• Posición: los ganglios linfáticos se encuentran en el pliegue de la ingle, un poco más arriba que la hernia, y cerca de los genitales.
• Tamaño: los ganglios linfáticos son pequeños, como un chícharo, mientras que la hernia puede medir más de 3 centímetros.
• Prueba: los ganglios linfáticos permanecen en el mismo lugar, mientras que la hernia desaparece si se ejerce una ligera presión con el dedo.
SI LA CAUSA ES UNA INFECCIÓN son un aviso de…Los ganglios linfáticos inflamados pueden indicar la presencia de algunas enfermedades infecciosas. Veamos las más frecuentes.• MONONUCLEOSIS. Infección vírica, llamada también “enfermedad del beso”, porque se transmite, sobre todo, a través de la saliva.
Síntomas: fiebre elevada y enrojecimiento de la garganta y de las amígdalas, que se hallan visiblemente hinchadas. En este caso también se llega a producir un engrosamiento de los ganglios linfáticos del cuello y de otros órganos (bazo, hígado, etc.).
¿Cómo se trata?: por ahora, no existen terapias eficaces. Se administran antitérmicos y antibióticos cuando se sospecha
la existencia de una infección bacteriana en la garganta. La enfermedad desaparece por sí sola después de unos meses, aunque en los niños pequeños suele presentar un desarrollo más corto y leve.
• ENFERMEDAD DEL ARAÑAZO DEL GATO.
En algunos casos, el arañazo de un gato puede dar lugar a una infección de la piel, debido a un germen que vive debajo de las uñas del felino.
Síntomas: se produce un enrojecimiento de la herida, acompañado por el engrosamiento de los ganglios linfáticos localizados alrededor de la zona afectada.
¿Cómo se trata?: suele curarse por sí sola en unos diez días.
• TOXOPLASMOSIS: es una enfermedad rara en los niños, provocada por un microorganismo, el protozoo toxoplasma gondii. Se puede contraer si se establece contacto con las heces infectadas de un gato o si se come carne cruda contaminada.
Síntomas: suele ir acompañada por fiebre y engrosamiento de los ganglios linfáticos del cuello.
¿Cómo se trata?: esta enfermedad no suele necesitar ningún tipo de tratamiento, pero si se contrae durante el embarazo, puede representar un serio peligro para el desarrollo y la salud del niño

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