Una vez más, y gracias a esta foto, queda claro que a los niños hay que enseñarles desde bien pequeños, que niños y niñas son diferentes -eso está claro- pero hay que enseñárselo con naturalidad.
La foto es muy graciosa, y muestra con la mayor inocencia a dónde llega la curiosidad de los niños. Ellos siempre quieren saber qué se les esconde y por qué.
En este caso, esconder los genitales no demuestra nada más que un pudor absurdo ante lo natural inculcado sobre todo por la religión, que sigue insistiendo en lo pecaminoso que resulta un cuerpo humano desnudo. En una familia, o grupo de amigos, nudista/naturista esto nunca pasa porque estar desnudo es lo más natural, y no hay por qué esconder una diferencia más que evidente pero que no deja de ser parte de la fisionomía humana.
Puedo entender que muchas familias, educadas sobre todo durante la postguerra (De la Guerra Civil Española, en este caso) tengan una mentalidad más cerrada, pero que parejas más jóvenes, con más libertad y más información, sigan viendo el desnudo como algo “sucio” me parece un atraso. Lo más probable es que esta parejas vengan también de padres muy puritanos, pero dar el primer paso no cuesta casi nada.
Lo mejor para liberarse de estos tabúes es ir a una playa nudista, y si es posible con alguien que conozcas que ya lo practique, mejor. Al principio, y cuento una de nuestras experiencias con amigos ahora practicantes, siempre se piensan que todo el mundo les está mirando, pero eso no es más que la idea que tienen preconcebida en su subconsciente. Evidentemente, la gente mira (sino nos chocaríamos unos con otros) pero no se fijan en que estés más o menos gordo, tengas más o menos tetas, o más o menos picha. En un primer momento el proceso va así. Se desnudan -tanto ellos como ellas- y automáticamente se sitúan en la toalla boca abajo. Les da vergüenza levantarse. Pero para eso están los naipes. No hay nada como una partida de cartas para que el pudor desaparezca y se sienten en la toalla. El primer día siempre suele ir así, a no ser que vengan muy dispuestos a probarlo y se desnuden sin problemas. El segundo día todo suele ir más rápido y ya incluso se acercan al agua (¡andando desnudos por la arena! jejejeje). Y más adelante ya pueden jugar a la pelota o a fútbol o las palas sin preocuparse de si están desnudos o no.
Todo este proceso se puede eliminar si desde pequeños se les enseña que estar desnudo en casa, en la montaña, en la playa… no es algo malo, que es lo más normal del mundo siempre que el clima lo permita, claro, y que nos tenemos que vestir por razones sociales no escritas que esperemos que algún día se modifiquen -aunque no creo que nosotros lo veamos-.
Hala, después de la rallada que os he metido espero que por lo menos lo probéis. Primero en casa, y luego en el exterior.
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