Fomentar el hábito de la lectura en los niños, es un objetivo que tienen muchos padres. De hecho, es bastante común regalarles libros a los niños pequeños, aún a quienes todavía no saben leer. Pero cuando llegan a la adolescencia, ese entusiasmo de los padres, y sobre todo de los hijos, se va perdiendo. Las prioridades cambian, y no se hace tanto énfasis en el tema.
Los adolescentes tienen un casi natural rechazo a hacer en su tiempo libre, aquello que tienen que hacer por mandato curricular. Por lo tanto muchas veces, los profesores de literatura apenas logran que lean (y muy parcialmente) aquello que el programa de estudios les indica. Lamentablemente son pocos los profesores que consiguen que los adolescentes redescubran en esa etapa, el placer que sentían con los libros durante la infancia.
Tal vez uno de los aspectos más importantes sea regalarles libros de los temas que de verdad les interesan, aún cuando no son tan afines a nuestros gustos. Porque hoy día los adolescentes leen y escriben, gracias al ordenador, mucho más que antes.
Solamente se necesita una elección adecuada, basada en los gustos e intereses personales de cada adolescente, para transformar un hábito en un placer.
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