El maestro y su misión de educar
Todo el que ingresa a la carrera de pedagogía debiere hacerlo animado por la vocación trascendente de enseñar a las nuevas generaciones que están ingresando a los diferentes niveles de educación que se imparten en el país. La tarea del maestro es instruir y educar estudiantes capaces, para que estos con la capacidad adquirida ayuden a promover el crecimiento de sus familias y del país y sus instituciones representativas.
Por eso, cuando una persona se ha propuesto ingresar al magisterio para integrarse a las aulas, a través de la labor docente, debe hacerlo animado por el amor a los niños y niñas, que esta llamado a educar. De lo primero que debe estar consciente todo maestro, es deque su labor educativa, para ser trascendente debe estar matizada por la creatividad y el amor a su vocación docente, ya que estas son las únicas garantías para formar estudiantes con altos niveles de rendimientos en las diferentes ramas del conocimiento.
Por eso , José Ingenieros nos dice que el maestro: “..despertara capacidades con el ejemplo, enseñara a hacer haciendo, a pensar pensando a amar amando”. Sólo así lograra el maestro ir formando el carácter de los hombres y mujeres que por necesidad tendrán la responsabilidad de dirigir la sociedad en el mañana. Por eso el mejor maestro es el que además de enseñar, al mismo tiempo, vive aprendiendo, día a día, tanto en las aulas, en los libros como en la vida.
Todo educador debe evitar que las influencias políticas partidarias penetren a las aulas escolares, porque ellas parcializan y distorsionan el rol educativo del maestro y disminuyen, además, los niveles de conocimientos que el alumno debe de ir adquiriendo y porque además las influencias políticas en las aulas, parcializan la forma de pensar, primero del maestro a favor de una corriente o colectividad política y luego porque el alumno aprende y reproduce, los métodos, y las practicas de comportamientos parcializados, que responden a criterios dogmáticos e interesados, provenientes de un proceso de enseñanza distorsionado, y ello, como es natural, tiende a disminuir las diferentes formas de crear y de pensar de los alumnos.
Cuando la política partidaria incursiona en las aulas el ejercicio docente se ve disminuido en su independencia y su creatividad, ya que en vez de jugar una función positiva y orientadora a favor del crecimiento del sistema educativo, y de todos los actores que intervienen en el proceso educativo, ese comportamiento contribuye a la creación de obstáculos para el desarrollo del sistema educativo en su conjunto.
Cuando tanto la docencia como el aprendizaje de los alumnos son independientes de las influencias políticas partidarias y los mismos obedecen a los planes y estrategias planteadas por el Estado, con el animo de que el trabajo del maestro sea un soporte para apoyar la transmisión de conocimiento al alumno, con el objetivo de que la enseñanza se convierta en un instrumento al servicio del desarrollo, tanto de la producción de bienes, como del bienestar material y espiritual de las personas, entonces, cuando prevalecen esos criterios, se pueden lograr avances significativos en el sistema educativo.
Debemos decir que aunque el carácter clasista de la educación es una realidad incuestionable, sin embargo el sello partidario nunca deberá prevalecer en los maestros al momento de enseñar contenidos y técnicas de conocimientos a sus alumnos en las aulas.
La labor educativa del maestro exige una consagración en lo que concierne a su tarea de transmitir conocimientos y enseñar, esto debido a la gran responsabilidad social que esta implica, no sólo en las aulas, sino también en todas sus tareas públicas y privadas en el seno de la sociedad, que le ha confiado esta misión de educador.
La tarea de enseñar exige al maestro un desempeño eficiente, ya que si este no desempeña su función de forma eficiente, con su falta de eficiencia, le causa daños irreparables, primero a los alumnos y después a la sociedad y a las familias que le han confiado la sagrada misión de educar a sus hijos. La función del maestro en las aulas consiste en desarrollar al máximo aquellas aptitudes en que sus alumnos demuestren mayores aptitudes y destrezas, ya que de esa forma obtienen los mayores logros en la formación de las nuevas generaciones de profesionales que deberán servir con eficiencia en las diferentes ramas del saber, una vez sean recibidos por la sociedad para el desempeño de diferentes posiciones, sean estas en el sector publico o privado.
En estos trompos de crisis moral y material, en donde las familias para poder subsistir tienen que esforzarse, cada día mas, el Estado debe preocuparse para que los maestros y las maestras se sientan bien y desarrollen su labor con gusto, por eso el incentivo salarial es un elemento de reconocimiento y motivación para los docentes. Ahora que el gobierno dominicano ha dispuesto un aumento de un 15% en el salario de los docentes, el mismo debe ser recibido con beneplácito y seguir proyectando la posibilidad de mayores mejorías, tanto en el aspecto de mejorías a las obras de infraestructuras escolar como en todo lo que tiene que ver con el desarrollo humano de los docentes.
En la época actual, matizada por los vicios, el aumento de la criminalidad y las actuaciones irreflexivas de los seres humanos se necesitan maestros que comprendan la necesidad de que los alumnos deben retornar a las tareas de las lectura comprensiva, como una forma de crearles hábitos de lectura a los alumnos y al mismo tiempo la lectura comprensiva es el punto de partida para enseñar a los estudiantes a reflexionar y a pensar, ya que la mayor pobreza que arrastra el sistema educativo actual es que los estudiantes están repitiendo y copiando contenidos, sin embargo, estos no están consiguiendo construir ideas y pensamientos propios de cara a su formación y de cara a la demanda de los profesionales que exige sociedad, que deben ser capaces y competentes.
El maestro del presente debe estar consciente de que su labor educativa necesita comprender el proceso de cambios que esta viviendo el mundo, como condicio0n necesaria, para poder formar estudiantes y profesionales competentes. En el caso de las universidades, que pueden adaptarse a las exigencias y condiciones laborales que exige el mercado de trabajo y las empresas del país, seguirán creciendo como centros de educación y conocimientos, ya que si los estudiantes que están formando la presente generación de maestros y maestras obtienen la competencia profesional deseada, que les permita ingresar al mercado de trabajo con éxito, ello contribuye a una vida social mas placentera para las familias y para la sociedad en su conjunto.
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